La palabra duelo viene del latín dolus (dolor). Este dolor del que hablamos aquí puede tener muchas causas, pero todas ellas tienen en común el ser una pérdida muy importante para la persona que la vive. El duelo es un proceso normal de adaptación psicológica mediante el cual la persona afronta esa pérdida. Podemos estar viviendo un duelo por la pérdida de un ser querido, por la pérdida de un trabajo, por un divorcio o separación, por una pérdida económica o por la pérdida de la opción de poder ser padre o madre, por poner unos ejemplos.
Estoy en un proceso de duelo, ¿necesito ayuda psicológica?
Normalmente , al enfrentarnos a una pérdida importante, pasamos por distintas fases, que según Elisabeth Kübler-Ross son 5: Negación, Ira, Negociación , Depresión y Aceptación. No siempre se pasa por todas ellas, ni siempre se dan en ese orden, pero el conocerlas nos ayuda a hacernos una idea de qué podemos llegar a sentir en un proceso de duelo.
En muchos casos, el dolor va disminuyendo progresivamente, de forma que la persona que ha sufrido la pérdida logra superar el duelo y asumir esa pérdida integrándola en su vida. Hay otros casos en que el duelo se complica, y sería recomendable que la persona recurra a ayuda psicológica para procesar la pérdida de forma saludable. Este duelo patológico o complicado es a veces muy difícil de distinguir de un proceso de duelo normal, y también de un trastorno depresivo. Los signos del duelo complicado suelen ser similares al proceso de duelo normal, la diferencia está en que estos se alargan en el tiempo, impidiendo a la persona que lo sufre seguir adelante con su vida.
Algunos de estos signos son los siguientes:
- Tristeza profunda, dolor y pensamientos constantes acerca de la pérdida
- Falta de concentración en cuestiones que no sean la pérdida
- Atención extrema a los recuerdos o anulación excesiva de los recuerdos
- Deseo de que no hubiera ocurrido o añoranza intensos y persistentes
- Entumecimiento o distanciamiento (evitamos sentir)
- Resentimiento por la pérdida
- Sentimiento de que la vida no tiene sentido ni propósito
- Falta de confianza en otros
- Incapacidad para disfrutar la vida o para recordar las experiencias positivas vividas anteriores a la pérdida
- Problemas para llevar a cabo las actividades cotidianas
- Te aíslas de los demás y te apartas de las actividades sociales
- Depresión, tristeza profunda, sentimientos de culpa o autorreproches
- Crees que hiciste algo mal o que podrías haber evitado la pérdida
- Sentir que no vale la pena vivir , deseos de morir
Hay en otros casos en que aun siendo un proceso normal de duelo, la persona desea ayuda de todas formas. El duelo es un proceso muy difícil se complique o no, y necesitar acompañamiento hasta que podamos gestionarlo solos es algo totalmente válido.
Alternativas de tratamiento
Como hemos comentado, si el duelo se complica lo mejor es que busquemos ayuda psicológica, también en los casos en los que la propia persona decida que prefiere pasar por el proceso con ayuda de un profesional. Hay en otros casos en que bastará que sigamos las recomendaciones habituales para afrontar el duelo saludablemente. Estas recomendaciones son válidas tanto si estamos recibiendo ayuda psicológica como si no, por lo que las vamos a ver brevemente algunas de ellas:
- Ser paciente con uno mismo. El proceso de duelo es personal, y para cada uno tiene un camino que solo uno puede recorrer.
- Cuidarse. Es importante atender a nuestras necesidades físicas, sobre todo durante el período posterior a una pérdida. El duelo es agotador tanto emocionalmente como físicamente. Esto incluye dormir suficiente por la noche, comer una dieta saludable y hacer ejercicio.
- Hablar con otros. Hablar de la pérdida con otros puede ayudar a procesar y a liberar sentimientos. Es importante que hablemos con familiares y amigos sobre la importancia de sentirse escuchado en este proceso.
- Involucrase en actividades físicas. El deporte y la actividad física de toda clase nos ayudan a gestionar mejor nuestras emociones, no solo por las implicaciones fisiológicas de la actividad física, sino por el entorno social en el que suelen desarrollarse.
- Descansar del propio duelo. Es bueno romper a ratos con el duelo, realizando actividades placenteras y participando en actividades sociales, nos ayuda a desconectar y olvidarnos un poco del proceso . A pesar de la pérdida tenemos derecho a disfrutar.
- Seguir una rutina. Nos ayuda a estructurar el día, y nos da sensación de normalidad y seguridad. Nos mantiene conectados con las pequeñas cosas que han de hacerse y van llenando nuestros días.
- Perdonarse. Perdonarse a uno mismo nos ayuda a procesar el dolor que viene con el arrepentimiento y los deseos no cumplidos , y esto puede ayudarnos a centrarnos más en los buenos recuerdos.
- Creatividad. La música, el arte, la literatura nos pueden ayudar en el proceso de duelo. Podemos por ejemplo hacer un diario con nuestros sentimientos , pensamientos , puede ser muy catártico y podemos ir viendo nuestra propia evolución.
- Unirse a un grupo de ayuda.Los grupos de ayuda le ofrecen la posibilidad de hablar con otros que tienen experiencias similares. Aquí encontraremos aliento, consuelo, orientación y sugerencias prácticas. Ademas nos ayudan a sentir que lo que estamos experimentando es normal.
- Permitirse experimentar el dolor de la pérdida. Es natural experimentar dolor, debemos permitirnos experimentarlo. Por difícil que sean las emociones que conlleva un proceso tan duro, es saludable sentirlas. Ira, rabia, frustración, llanto…todas son válidas en este trance.
Como lo trabajaremos en esta terapia
En la terapia psicológica para el duelo trabajaremos entre otras cosas la expresión emocional y el autocuidado. Es importante también en estos casos analizar la red de apoyo social con la que cuenta la persona, ya que en estos momentos los familiares y amigos son de gran ayuda.
Desarrollaremos herramientas y comunicación eficaz que nos permitan hacernos entender, de forma que podamos expresar de forma asertiva nuestras necesidades durante este proceso tan duro.
Una de las áreas que más trabajaremos es la de la gestión emocional. Aprenderás estrategias que te ayuden a vivir las emociones sin que te abrumen. Todas las emociones son válidas, y saber expresarlas sin evitarlas pero sin dejarnos llevar por ellas es un equilibrio a veces difícil de conseguir. Lograrlo nos ayudará a superar el dolor.
En algunos casos, como decíamos antes, hay síntomas del duelo que son similares a los de un trastorno depresivo, por lo que analizaremos si hay que trabajar en ese área también, de cara a que no se complique el proceso.
Si tienes dudas sobre la terapia, o sobre si necesitas ayuda en el proceso, o sobre cualquier otra cosa relacionada con tu salud mental no dudes en contactar. Haré todo lo posible por ayudarte en tu camino hacia el bienestar emocional.